Investigaciones
de René Descartes
En
noviembre de 1618 conoció en Breda a Isaac Beeckman,
quien intentaba desarrollar una teoría física corpuscularista, muy basada en
conceptos matemáticos. El contacto con Beeckman estimuló en gran medida el interés
de Descartes por la matemática y la física. Pese a los constantes viajes que
realizó en esta época, Descartes no dejó de formarse y en 1620
conoció en Ulm al entonces famoso maestro calculista alemán Johann Faulhaber.
Él mismo refiere que, inspirado por una serie de sueños, en esta época
vislumbró la posibilidad de desarrollar una «ciencia maravillosa». El hecho es
que, probablemente estimulado por estos contactos, Descartes descubre el
teorema denominado de Euler sobre los poliedros.
A
pesar de discurrir sobre los temas anteriores, Descartes no publica entonces
ninguno de estos resultados. Durante su estancia más larga en París, Descartes reafirma relaciones que había establecido a
partir de 1622 con otros intelectuales, como Marin Mersenne y Guez de Balzac, así
como con un círculo conocido como «Los libertinos». En esta época sus amigos propagan su
reputación, hasta el punto de que su casa se convirtió entonces en un punto de
reunión para quienes gustaban intercambiar ideas y discutir. Con todo ello su
vida parece haber sido algo agitada, pues en 1628
libra un duelo, tras el cual comentó que «no he hallado una mujer cuya
belleza pueda compararse a la de la verdad».
El
año siguiente, con la intención de dedicarse por completo al estudio, se
traslada definitivamente a los Países Bajos, donde llevaría una vida modesta y tranquila,
aunque cambiando de residencia constantemente para mantener oculto su paradero.
Descartes permanece allí hasta 1649, viajando sin embargo en una ocasión a Dinamarca y en tres a Francia.
La
preferencia de Descartes por Holanda parece haber sido bastante acertada, pues mientras en
Francia muchas cosas podrían distraerlo y había escasa tolerancia, las ciudades
holandesas estaban en paz, florecían gracias al comercio y grupos de burgueses potenciaban las ciencias fundándose la academia de Ámsterdam en 1632. Entre tanto, el centro de Europa se
desgarraba en la Guerra de los Treinta Años,
que terminaría en 1648.
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