La caridad es
una de las virtudes teologales junto
con la esperanza y la fe.
La Iglesia católica
considera que la caridad es aquella virtud teologal por la cual amamos a Dios
sobre todas las cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos
por amor de Dios (Catecismo de la Iglesia católica, 1822).1 La caridad tiene por frutos el gozo, la paz y la
misericordia. Exige la práctica del bien y la corrección fraterna; es
benevolencia; suscita la reciprocidad; es siempre desinteresada y generosa; es
amistad y comunión (Catecismo de la Iglesia católica, 1829).1
La culminación de
todas nuestras obras es el amor. Ese es el fin; para conseguirlo, corremos;
hacia él corremos; una vez llegados, en él reposamos.
San Agustín, In
epistulam Ioannis tractatus, 10, 4
La caridad se hace
humana cuando Jesús da su mandamiento nuevo a los apóstoles y discípulos:
Ámense unos a otros como yo los he amado (Jn 15, 12).
Toma en cuenta para
llevar a cabo la acción de ese amor, el guardar los mandamientos de la ley de
Dios, o 10 mandamientos. (Jn 15, 9-10; cf Mt 22, 40; Rm 13, 8_10).
Dios se coloca como
único y perfecto ejemplo de amor, que salva a los que todavía no creen en él,
que muere por quienes son todavía sus enemigos: (Rm 5, 10; Mt 5, 44;).
San Pablo habla del amor de Dios y nos deja ver cómo es la
caridad, "La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es
envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés;
no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se
alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo
soporta" (1 Co 13, 4-8). Y termina, "la caridad no dejará de
existir".
La caridad es la
virtud teologal más importante, y es superior a cualquier otra virtud. (1 Co
13,13).
Para San Basilio, la condición de hijos del Padre era adquirida
cuando entendida como la búsqueda del bien: "O nos apartamos del mal por
temor del castigo y estamos en la disposición del esclavo, o buscamos el
incentivo de la recompensa y nos parecemos a mercenarios, o finalmente
obedecemos por el bien mismo del amor del que manda... y entonces estamos en la
disposición de hijos"
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